Se pueden identificar cuatro beneficios:
Mayor eficiencia de combustible
Garantizan una pulverización precisa del combustible lo que produce una combustión más eficiente.
Mayor potencia y rendimiento
Proporciona una mezcla de combustible adecuada que se transforma en una mayor potencia y respuesta del motor.
Menor emisión
Combustión más eficiente lo que se traduce como reducción de emisiones nocivas.
Menor costo de mantenimiento a largo plazo
Se reduce las posibilidades de daño a largo plazo.